Y ya tenemos de nuevo en el cielo, como cada Diciembre, los restos del asteroide Faetón.
Como os decíamos el año pasado, esta peculiar lluvia de estrellas no tiene su origen en los restos de un cometa, sino en un misterioso objeto a caballo entre el asteroide y el cometa. Se trata de , un asteroide con órbita similar a la de un cometa, del grupo de los denominados asteroides apolo.
La diferencia fundamental entre los asteroides y los cometas es su composición. Mientras que los asteroides están formados por rocas y metales pesados, los cometas están compuestos por roca, polvo y hielo. La inmensa mayoría de los objetos que llamamos asteroides se encuentran entre Marte y Júpiter, en el cinturón de asteroides, con órbitas poco excéntricas (casi cero) similares a las de los planetas. De hecho, en las mismas órbitas de los planetas tenemos los troyanos. El asteroide más grande del cinturón, con un tercio de la masa total del cinturón de asteroides, es Ceres. Este gran asteroide, cuando se observó por primera vez, tuvo la consideración de planeta. Con la definición actual no lo es, pero qué habría pasado si hubiese limpiado su órbita de asteroides por atracción gravitatoria, haciéndose con toda la masa del cinturón. Entonces, probablemente sí tendríamos un planeta más entre Marte y Júpiter.
Los objetos que llamamos cometas, sin embargo vienen de zonas muy lejanas al Sol, que son fundamentalmente el cinturón de kuiper y la nube de Oort. Aquí empiezan a solaparse los conceptos de planeta, asteroide y cometa.
Veamos el «planeta» de la discordia (Plutón), que está considerado uno de los objetos transneptunianos más grandes junto con su luna Caronte y es objeto de estudio de New Horizons. Ambos están completamente helados, como los cometas, pero no presentan coma alguna. Plutón y Caronte se ubican en el cinturón de Kuiper, que tiene de 30 a 100 UA de distancia del Sol. El perihelio de Plutón (30UA) hace que se mantenga helado en toda su órbita y no pierda parte de su masa. Tiene, como muchos objetos transneptunianos, una excentricidad alta (0,244), con lo que se parece a los rasgos diferenciales de los cometas de periodo corto, los que vienen del cinturón de Kuiper. Estos cometas que vienen de allí, atraídos por gravedad, quedan atrapados en el sistema solar interior, el de los planetas que conocemos. Tienen órbitas muy excéntricas e inclinadas y perihelios mucho más cercanos al Sol que el de Plutón, lo que nos permite ver su inconfundible coma y nos deja las famosas lluvias de estrellas, como es el caso de las perseidas veraniegas, del Swift Tuttle (excentricidad 0,9632). Lo mismo sucede con el caso del Halley (excentricidad 0,967990). Bueno, ambos son cometas de la llamada familia del Halley, que tienen órbitas muy inclinadas y se cree que podrían proceder realmente de la nube de Oort. Se trata de una nube hipotética esférica o toroidal (no un cinturón), de aquí que los cometas puedan tener inclinaciones tan altas en sus órbitas. Se barajan distancias de alrededor de un año luz del Sol pero la nube no ha sido observada directamente, y no hay datos reales acerca de sus dimensiones. Por supuesto aquellos cometas no atrapados por el sistema solar interior son los de periodo largo, que pueden tardar miles de años en completar una órbita. El primer miembro conocido de la nube de Oort fue Sedna:
Luego tenemos los cometas llamados de Júpiter, con periodo inferior a veinte años, a los que la interacción gravitatoria del gigante gaseoso ha atraído aún más al sistema solar interior. Se caracterizan por tener inclinaciones más bajas con excentricidades menores, es decir, órbitas un poco más similares a las planetarias, acercándose a las características de Plutón sólo que, al ser cometas, se acercan más al Sol. Podrían ser asteroides del cinturón de Kuiper o proceder también de la nube de Oort, habiendo quedado como decíamos más atrapados en el sistema solar planetario. Es el caso de 67P/Churiumov-Guerasimenko (excentricidad 0,640), en el que se posó Philae.
Volviendo a las gemínidas, Faetón, al no tener coma, ha sido denominado asteroide de la familia Apolo. Sin embargo, tiene órbita de cometa y por eso se cree que puede ser un cometa muerto. Es el asteroide que más se acerca al Sol (perihelio 0,1397 UA), tiene una órbita muy excéntrica (e=0,890, típico de los cometas como el Halley) pero sin embargo un periodo sidéreo muy corto (3,321 años, menos que los cometas de Júpiter).
De lo que obtenemos como conclusión lo difícil que es clasificar los objetos por muchas magnitudes que tomemos de ellos. Los conceptos de planeta, asteroide y cometa se estrechan más cuantos más objetos son detectados y más se investiga su órbita y su composición.
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